Yo no quise lastimarte. Solamente te dije que no.
No estarás acostumbrada a sentirte rechazada.
OK. Perdón. Fue sin querer!
Yo no quise caminarte.
Y llego el momento de correr.
Hay que salvar el alma, pero con calma vas a poder!
Donde lloran las gaviotas, vamos juntos a llorar.
No te preocupes, no se te nota que no sabes encajar.
Supongo que dolió un poco si fue la primera vez.
Pero hay que ser fuerte contra la corriente también.
Cuántas veces me dijeron que no a mí, y sobreviví.
Dame la mano, y vení, que te enseño a perder!
Por qué? Por qué te pusiste así?
La próxima vez te digo que sí.
Igual somos amigos,
porque para enemigos hay un montón de gente, corriente.